Sin embargo, las apariencias son erróneas, ya que cada elefante es huérfano, uno entre los 101 salvados por David Sheldrick Wildlife Trus...
Sin embargo, las apariencias son erróneas, ya que cada elefante es huérfano, uno entre los 101 salvados por David Sheldrick Wildlife Trust, con sede en Nairobi, desde 2001.
Algunos elefantes han visto a sus madres caer en manos de cazadores furtivos o convertirse en víctimas de enfrentamientos con los granjeros. Tomemos, por ejemplo, a Ndotto, un ternero que necesitó ayuda después de enredarse con el ganado de los pastores samburu y seguirlos de regreso a su aldea.
Dulce: El pequeño elefante Kamok mira juguetonamente a la cámara desde debajo de su acogedora manta. Los elefantes más jóvenes reciben mantas para evocar una sensación de comodidad que recuerda a la de sus madres.
Relájate y descansa: Baby Kaur se sienta con gracia en el suelo, preparado para saborear un momento de descanso. Los huérfanos más jóvenes suelen disfrutar de siestas breves durante el día.
Hora de dormir: un delicioso tutorial sobre crías de elefante reclinadas en su piscina de barro durante un día de diversión en la guardería de David Sheldrick Wildlife Trust en Nairobi.
Excursión familiar: Ashaka, Kamok, Kauro y Mbegu se adentran en el monte del Parque Nacional de Nairobi para pasar un día de juego con sus padres sustitutos humanos.
Lección de hidratación: La bebé Ashaka recibe capacitación sobre cómo usar su baúl. Si bien esta tarea normalmente la realizan elefantes adultos, en el caso de huérfanos como Ashaka, intervienen cuidadores humanos.
Reveladas en honor al Día Mundial del Elefante, estas imágenes muestran la personalidad, las peculiaridades y los rasgos de cada paquidermo del tamaño de una pinta, su capacidad para ser alegre, tímido o bullicioso.
Entre los niños más reservados se encuentra Mbegu, de siete semanas, rescatado después de sufrir un ataque con piedras y lanzas por parte de los aldeanos, preocupados por la destrucción de una mujer local atropellada por un elefante adulto. En medio de la conmoción, Mbegu fue separada de su manada y finalmente se salvó cuando un grupo de guardabosques de Naibunga Conservancy se posicionaron entre la enfurecida multitud y el ternero.
Aspirante a estrella: En la guardería del Parque Nacional de Nairobi, en Kenia, la diminuta cría de elefante huérfana Ashaka aprende a jugar con los pies con una pelota de fútbol.
Momentos íntimos: Ashaka y Kamok encuentran consuelo en la presencia del otro, anidados en la arena bajo la atenta mirada de sus padres sustitutos en la guardería David Sheldrick Wildlife Trust en el Parque Nacional de Nairobi.
Abrazados con los cuidadores: se desarrolla una tierna escena cuando uno de los elefantes más jóvenes del orfanato se acurruca junto a su cuidador. En busca de consuelo, los huérfanos más pequeños a menudo encuentran consuelo en estas conexiones sentidas.
Generosidad en acción: la bebé Ashaka (izquierda) evita un intento de agarrar su bastón, mientras que la pequeña Kamok (derecha) muestra un poco de tambaleo mientras intenta maniobrar cuesta abajo.
Curva de aprendizaje de la trompa: El bebé elefante Kudup, en un percance juguetón, no ha descubierto cómo usar su trompa para beber y termina con la cara en el barro.
Dominando el fútbol: los elefantes jóvenes Lemoyian, Aruba y Barsilinga participan en un animado y embarrado partido de fútbol en el Parque Nacional de Nairobi.
Huérfana: Baby Mbegu (izquierda) junto a su compañero Kauro, rescatada de una turba por un grupo de guardabosques que garantizaban su seguridad.
Llevada al orfanato de elefantes en el Parque Nacional de Nairobi, Mbegu ha superado con éxito su primera infancia y será cuidada por cuidadores humanos hasta que alcance una edad adecuada para encontrar su camino de regreso al mundo.
"Cada huérfano tiene una historia conmovedora, pero su resiliencia y amor por la vida son verdaderamente contagiosos", afirma Bradford, director de David Sheldrick Wildlife Trust. “Mbegu, rescatada a una tierna edad, ha formado un vínculo con sus cuidadores y encuentra consuelo en chuparse los dedos”.
En el Parque Nacional de Nairobi, Barsilinga comparte el espacio con Mbegu, después de haber enfrentado un problema que comenzó cuando su madre lo atacó a los cazadores furtivos. Después de recibir la inyección, hubo que etapizar a la madre elefante y llevar a Barsilinga al orfanato.
"Lamentablemente, los elefantes de África están en peligro debido a los cazadores furtivos que buscan su marfil", reconoce Bradford. Sin embargo, cuando Barsilinga y su compañero más cercano, Kithaka, sean lo suficientemente maduros, serán trasladados al Parque Nacional Tsavo.
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