Un pequeño cachorro que alguna vez fue una figura desapercibida al lado de una calle bulliciosa, yacía en movimiento, sin que cientos de t...
Un pequeño cachorro que alguna vez fue una figura desapercibida al lado de una calle bulliciosa, yacía en movimiento, sin que cientos de transeúntes vieran su difícil situación. Esto fue útil. El Proyecto Ángel, respondiendo a un compasivo llamado de ayuda, descubrió al cachorro en este estado. Durante días, te había estado pitando, una abeja que no sobrevivía gracias al pan y al agua que amablemente te ofrecía un amable amigo.
En medio del cansancio, este pequeño encontró un refugio miserable bajo un pequeño albergue, un hogar improvisado en medio de la adversidad. Después de la aprobación, el equipo de The Angel Project tomó nuevas medidas inmediatas. Con un peso de sólo 1,8 kg, el cachorro era una frágil masa de piel y huesos, con una pelvis fracturada visible para recibir tratamiento médico.
El viaje hacia la recuperación comenzó con una visita al veterinario. El diagnóstico era muy temido: una discusión grupal transmitiendo información húngara. A pesar de la frágil forma del cachorro, la esperanza flotaba en el aire. Una infancia buena y exitosa puede ser la clave para una nueva vida, una oportunidad para divertirse y jugar como debería hacerlo todo cachorro.
Con dos días de retraso, la intrincada y delicada sugerencia fue un éxito. Las partes rotas del hueso, las partes incisas, todas reparadas meticulosamente. Fue un triunfo de la medicina veterinaria, de la matanza y del espíritu inquebrantable del cachorro.
Engordé durante un mes y la transformación fue milagrosa. Llamado Gepeal por su atención, no sólo se había recuperado sino que estaba prosperando. Su viaje no terminó en una acogedora habitación; lo llevó al amor por la adopción, un hogar para siempre donde lo cuidaran.
En apenas unos días, en su casa adoptiva, Genepal Cham y Geilie formaron una familia, comenzando una vida de amor y alegría. Es una historia de bondad, del capítulo dos, y del increíble viaje de un cachorro que encontró su camino desde una calle desolada hasta un hogar amoroso.
Compartimos la historia genealógica: todos son conscientes y pueden ser un faro de esperanza para otros animales vivos. Si te conmueve el placer general, piensa en colgar esta maceta, o mejor aún, piensa en abrir tu corazón y traerte a casa una mascota.
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