Hoy es mi cumpleaños, un día que suele traer alegría, risas y mensajes sentidos. Sin embargo, este año me rodea una tranquilidad inusual....
Hoy es mi cumpleaños, un día que suele traer alegría, risas y mensajes sentidos. Sin embargo, este año me rodea una tranquilidad inusual. La mañana llegó con esperanza, pero con el paso de las horas el silencio se prolongó más de lo esperado. Revisé mi teléfono, cambié mis mensajes, pero los familiares pings de celebración nunca llegaron.
Se siente extraño. Los cumpleaños suelen estar llenos de cálidos deseos, pequeños recordatorios de que somos importantes en la vida de los demás. Pero hoy, la ausencia de esas palabras me deja con una profunda sensación de quietud, casi como si el mundo lo hubiera olvidado. Me pregunto: ¿Soy yo quien ha cambiado o son sólo las circunstancias de este año?
A pesar del silencio, me recuerdo a mí mismo que este día todavía tiene importancia. Reflexiono sobre el viaje que he realizado, las lecciones aprendidas y el crecimiento que he experimentado. Quizás este sea un momento para celebrarme, a mi manera, sin esperar a que el mundo se una.
Después de todo, hay cierta belleza en el silencio. Ofrece espacio para la reflexión, la gratitud y la paz interior. Aunque no ha llegado ningún mensaje, estoy aquí: presente, vivo y consciente. Puede que hoy esté más tranquilo de lo esperado, pero sigue siendo mi cumpleaños y eso es algo que vale la pena celebrar a su manera.
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